Extramuros de Sevilla. Iglesias y edificios que no quieren abrazar la dulce llamada de una nueva ciudad que crece, aferrándose a esa muralla de cristal que rodea el corazón de la historia mejor contada y más sufrida en maltrato. San Roque llora estos días en forma de altar. Su cera quiere volver siglos atrás. Cuando huertas, corrales de vecinos y hospitales en forma de capilla daban auxilio a esclavos que moraban las paredes del antiguo barrio de San Agustín. Aquí esas paredes del templo rebosan rayos de luz que quieren volver a mirarse en el espejo del alma. El poeta ya lo sabía…
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Fotografías: José Javier Comas Rodríguez
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3 comentarios:
Los textos son tuyos?
Precioso todo Javier.
Claro Esther. Me alegro de que te guste. Un beso fuerte
Magnifico tio. Impresinante nuestro señor de san agustin.
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