Un símbolo de la ciudad. La Plaza de España se alza sobre el suelo de Sevilla como un gigante que no achaca el paso del tiempo. Construido como emblema de la exposición Iberoamericana del 29, funde formas y planos de arquitectura en muros que parecen hablar por sí mismos. Belleza semicircular que Aníbal González ideo en sus sueño como una perfecta circunferencia al asombro de todos. Arcos, puentes, canales. Cerámica de luz fundida en oscuro y visto ladrillo. Contrastes al sol sumergidos en un parque de ensueño. Bendita locura…
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Fotografías: José Javier Comas Rodríguez
1 comentario:
Muy buenas fotos. Amo a mi sevilla. Un saludo
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