Dios se viste de gala. En unos días, sus Majestades acudirán a su llamada. Algo intangible que llaman Gran Poder obrará de nuevo el milagro. Según las escrituras: “…Unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén, […] vieron al niño con María, su madre; se pusieron de rodillas y lo adoraron, abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra..". Haciendo suyo el misterio, Sevilla se convierte de nuevo en Rey Mago, que por epifanía encuentra a su dios...
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
1 comentario:
Un placer encontrar tu blog. Lo enlazo en el mío y te mando un abrazo.
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