Más allá de los cielos, se afinaba esa vira de oro que en marzo caerá certeramente. Ay, Romero Murube. En el puente de Triana las farolas atrapan tres criaturas de luz cansada, tímida. Perdices de reclamo enjauladas que convocan el próximo milagro envolvente y fértil, antes que el lubricán las devore cotidianamente. Pero el martirio se les acaba. Ya llega. Comprueben que los atardeceres se olvidan ahora de mentir. La calle busca tibieza. El hombre quisiera salvarse de la muerte. Quizás por ello hermana su ritmo con lo que siente eterno, como la luz de marzo donde ríe la víspera.
Publicado en el nº 35 de la revista Pasión en Sevilla, de ABC.
Texto: Antonio Cattoni
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
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