Un resorte color cobre toma tintes de adolescencia. Los verdes, añiles y rojizos han comprado las naves de un palacio que parece abandonar las noches de frio y soledad. Una mujer con nombre de sol pide permiso de residencia. Quiere ser alumbrada por más tiempo, que las nubes marchen paulatinas y que las flores den pregones a diario. La luz tardará cada vez más en despedirse en cada atardecer. Si amigos, ya es primavera…
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
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