Sabes que noviembre da a las noches su temprana victoria sobre la luz anaranjada, sobre el azul que a los tejados baña cada día a su paso. No es temor. Dicen que la oscuridad que vence da tristezas al lugar donde las alegrías recogen sus cosechas. No busques al miedo en la urbe del gozo, ellas te protegen. Cuatro vigías que cubren su fino techo de invierno como sábana de siglos. Centinelas de la noche de la ciudad encantada…
Nota: Hemos subido al techo de Sevilla, la altura máxima que desde siglos corona la ciudad de María. Descubriremos la noche y la tarde más bella ante la piedra centenaria. Tened paciencia. Continuará...
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
5 comentarios:
Hay que ver cómo tocas la fibra, Comas... Eres un genio.
Belleza certera, tu foto, tus palabras. Magnífico minuto asomándome al balcón que abres en esta entrada al atardecer sevillano. Casi alcanzo a olerlo. Gracias.
Coño... cómo me gusta esa foto.
Simple y llanamente ¡¡¡¡ESPECTACULAR!!!! para que más palabras.......
Una foto de las que llegan al alma...fantástica!
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