Viste caer la tarde de la forma más azul que soñaste. Pasee por tus calles para encontrarte sabiendo que lucías grandes galas en el día que todos volvemos a ser aquel niño que jugaba a soñarte. Divina Majestad de piedra. Regalo de reyes a una ciudad que ansía verte. Faro que vigilas cada corazón que te busca. Gracias por regalarme tu azul y conocer a la princesa que un día encontré muy cerca de ti.
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
1 comentario:
bueno para gustos los colores, mi crítica fue mucho mas dura y ácida a mí esto me ha parecido una soberbia horterada pero tu foto me parece fascinante; un enorme abrazo de un admirador, compañero también fotógrafo, de tu blog, si quieres enlazamos los blogs; un fuerte abrazo...
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