Llegó el tiempo de lo inmaterial convertido en la más pura materia. Colores de sabor dulces y cielos soleados que traen los fríos del invierno. Luces, escaparates con imanes de la infancia. La vida tiene rostro de niño cuando es Navidad.
Haz click en "más información" para ver el resto de imágenes.
Fotografías: José Javier Comas Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario