Media luz. Cuerpo de Dios esculpido en 176 centímetros de divino cedro. Negro sobre piel. La armonía perfecta impregna cada palmo dado de Norte a Sur. De vientre a espalda. La curva que marca la línea de vida es sudario en vista. Una muerte de hombre visto por el mejor Caravaggio. Nada es de añadir a la imagen. “La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener" (Antoine de Saint-Exupery)
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
Nota: Cristo de la Buena Muerte, hermandad de los Estudiantes (Juan de Mesa 1620). Comienzo de un serial fotográfico de los crucificados más imponentes de Sevilla.
5 comentarios:
Me da a mi que me va a encantar este blog... Enhorabuena por tu trabajo! Saludos
Fantástica foto.
La verdad es que nunca pense que me empezara agustar un poco mas la semana santa y mucho menos que me interesaria por mas cristos a parte de el cristo de la salud y la piedad. Felicidades por el blog.
Comas....impresionante, sabes lo q admiro tu trabajo. Es el Cristo muerto por antonomasia. Perfecto desde cualquier punto de vista desde el q se admire.
Yo estoy un poco atrasada ya estamos en 2012 jajaja pero quería felicitarte por tu espléndida fotografía José Javier. Saludos. Mª José Garcia. =)
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