Pasear a cualquier hora de reloj por una calle cualquiera. Solo el observar te permite conocer la forma de respirar de una ciudad. Sus gentes, contrastes, estilos… sus tiempos. El tiempo no es más que una ilusión causada por la mente. Personas transcurren. Tránsito feroz en medio de una nada. Todavía es posible vivir a otro ritmo…
Fotografías: José Javier Comas Rodríguez
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