Cádiz vivió un sueño en forma de Vía Crucis. Antesala de lo que Madrid vivirá en menos de 48 horas. Una pasión con regusto a agua salada y tonos naranjas de verano. Agosto de madera divina. Morado cuaresma para un tiempo de olvido sacro y mentes que no saben de libertades. El sur siempre fabrica sueños de estío…
Fotografía: José Javier Comas Rodríguez
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